THE ART OF EVOLVING
Ya es un tópico hablar de la nueva normalidad, no así de la necesidad de adaptarse. La capacidad de adaptación es más necesaria que nunca. Las grandes crisis no suelen generar tendencias, pero sí acelerar las que están en marcha y esto ocasiona un entorno más cambiante. Esos cambios se notan en todos los sectores de actividad y –de manera especial– en el inmobiliario. Se ha puesto en cuestión cómo vivimos, cómo trabajamos, cómo compramos, si podremos viajar por placer (por hacer referencia a lo más visible), todo eso afectará a los espacios.
Tenemos que trabajar en dos dimensiones temporales, ajustar la empresa a las condiciones del corto plazo, garantizando la continuidad solvente de la empresa al tiempo que se atiende las necesidades de todos los stakeholders, y asegurar la viabilidad en el medio y largo plazo, anticipando la profundidad y dirección de los cambios.
Sobrevivirán los que sepan adaptarse a los cambios en los usos y costumbres sociales y empresariales, a la salida de la pandemia y la recuperación económica, la transición energética y la digitalización, el entorno político y los fondos europeos.