Todos los sectores de actividad están afrontando transformaciones significativas en su entorno. Entre los factores más destacados se encuentran la incertidumbre del comercio internacional debido a las tarifas cambiantes, el nuevo e inestable mapa geopolítico mundial, las modificaciones en las condiciones nacionales (leyes de vivienda, suelo, laborales y otras normativas relevantes), las tensiones en el ámbito financiero (tipos de interés, criptomonedas, evolución de las bolsas con posibles divergencias entre EE. UU. y Europa) y los avances tecnológicos.
A estas transformaciones generales se suman las propias del sector: resurgen segmentos que parecían agotados, otros que antes se consideraban “alternativos” ya forman parte del núcleo de la actividad, y las operaciones corporativas están configurando un nuevo panorama competitivo. La financiación, diversa pero a menudo errática en cantidad y condiciones, añade un componente adicional de complejidad. Además, los cambios también se reflejan en las personas: directivos y empresarios de gran relevancia están asumiendo nuevos roles y responsabilidades.